Las escenas taurinas narradas por Bernardo Aja nos fueron presentadas, a modo de sopetón, en los rincones insospechados de las fiestas que siguen muchas vírgenes en esta población de Yucatán, pero se trasladan con la decoración del peso de muchos símbolos de sinceridad, o un Mar de encuentros entre el toreo de la Legada por España y su configuración ritual marcada por las costumbres mayas. Al margen de la fiesta y del juego, el juego se desarrolla en la calle, el ojo de la fotografía nos acerca sin una realidad inmediata y sencilla, una pluma de pobreza, pero de cualquier modo prosaico, sino todo lo contrario. Detrás de los personajes vestidos de luces, con recursos escasos para lograrlo, humildes, pero pausando con orgullo en un patio de cuadrillas improvisado, o…
