Un registro autonómico controlará todos los establecimientos para menores que trabajen con alimentos

Un registro autonómico controlará todos los establecimientos para menores que trabajen con alimentos

Un registro reunirá en definitiva a todos los establecimientos de la región que consumen alimentos al menos para un consumidor final. La idea forma parte de la Unión Europea y afecta a todas las comunidades; En Madrid, será la Dirección General de Salud Pública la que se encargará de este control adicional, encaminado a vigilar allos aquellos espaciosos donde se sirva comida. En el registro se inscriben puntos de venta y “food trucks” o tiendas escolares y empresariales.

En la Comunidad de Madrid es Salud Pública, autoridad competente para el registro de estas empresas. Ahora se dedican a empresas que tienen actividad alimentaria, así como de producción, elaboración, conservación y distribución. Hoy, en la aplicación de la norma europea, se extenderá también a las actividades menores.

Usted está siguiendo los pasos para poder operar este registro, que le permitirá poner en marcha estas actividades mediante comunicación previa. La futura norma tiene como objetivo mejorar la salud de los consumidores y facilitar a las autoridades sanitarias la programación de controles e inspecciones oficiales. Si detectas una situación peligrosa, puedes actuar rápidamente.

Estos registros se aplican tanto a los puntos de venta como a los que se encuentran en un lugar fijo –un establecimiento, una frutería, un punto de venta en un mercado–, como a aquellos que lo adquirieron en establecimientos comerciales de restauración o en locales utilizados como residencia privada en lo que se encuentran. . preparar estos elementos. Y esto incluye también a todas las personas que trabajan en relación con la alimentación pero que no pueden tener un ingreso fijo: quienes trabajan en fiestas populares o aisladas, vehículos itinerantes como los “food trucks”, o empresas propias que gastan productos alimenticios.

Según explica un ABC Elena Andradas, Director General de Salud Pública, en 2022, habrá actualizado la norma con un real decreto, incluyendo a partir de ese momento la actividad al menos en este control. Es importante que los menores de edad, tales como fruterías, pastelerías, bares, comedores de empresas y colegios, puestos de mercadillos, etc., sean inscritos en el registro con declaración responsable. Te permitirá llevar un control más preciso, así como temas como etiqueta, manipulación de alimentos, etc.

Según cálculos de la propia Andradas, uno de cada 20.000 establecimientos se verá afectado por este registro, que entrará en vigor este mismo año. Sus 19.899, más concretamente, no están incluidas actualmente pero “que también están controladas”, advirtió el director general de Salud Pública. Son las concepciones de salud de cada municipio las responsables de esta continuidad.

Clasificar según el riesgo.

Una red de inspectores se dedica a identificar estas instalaciones y espacios dedicados a la alimentación y a controlar sus condiciones. Clasifica las ubicaciones según el producto que se supone: “No hay ni siquiera una pastelería, que lleve elaboración, ni una empresa de tamaño más o menos grande””. De esta forma, los controles se realizan «siguiendo esta clasificación, en función de la probabilidad de riesgo» que se asuma. En el caso de que haya más riesgo, puede haber algunas inspecciones durante el año. Y lo mínimo que tenemos, no un mínimo de cinco años.

La producción de alimentos puede plantear riesgos para los consumidores y usuarios si no se aplican los principios de buenas prácticas. Por este motivo, las empresas alimentarias están sujetas a un control de higiene y seguridad, y ya lo han hecho por menos de comunicar su actividad y registro. También registra otras actividades relacionadas con los alimentos, como el comercio menor de carne y alimentos para usuarios médicos especiales.

Todo está regulado por sanidad en este sentido: las máquinas “de venta”, que “están vigiladas y reguladas” en la norma vigente, explican los Andradas; Haga que le vendan la comida a su casa. Sólo prácticas que, en su momento, pueden proliferar, como los vendedores ambulantes que venden comida por el dinero de un coche o que venden en las puertas de una estación de metro. “Es verdad, es ilegal”, recordó Andradas.

Según su opinión, los consumidores finales “podrán estar muy tranquilos, tanto con este historial como hasta ahora que continuará: los inspectores tendrán controles diarios y las instalaciones que manipularán los alimentos”. Si detecta algún inconveniente, insista en que puede irse al infierno del establecimiento al no respetar las condiciones higiénico sanitarias previstas.

By Castro Silva

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