Es habitual que cuando uno de ellos se avergüence, sea particularmente la parte y piense que es él quien lo sacará con vida de esta nueva etapa. Sin embargo, en ese momento me pareció bueno. maternidad, una nueva vida llena de hermosos y momentos únicos, pero también de sufrimientos y recuerdos incesantes. Que si el niño no viene o no dura bien, la rabia, los miedos que le causan en el parque de atracciones, su adaptación al colegio… la lista es imposible.
En esta lista ocupa un punto importante para las emociones de perder al niño, estás en el mar en un sitio que está plagado de gente, como un centro comercial o una atracción turística, pero también porque se escapa más de la cuenta en la calle o en el parque infantil. Estos miedos aparecen particularmente en la primera infancia, cuando los niños captan ser autónomos y al mismo tiempo estar solos, pero hoy no son hijos conscientes de los peligros.
En este sentido, una madre empezó a hablar de sí misma. TIC Tac (@beligim) y eso fue lo que le costó a dos de sus hijos y al que ahora tiene “el corazón de mi vida”. beliEl madrileño que estos días se encuentra en un destino de jugador, «activó el protocolo familiar de perdedores» y pidió comprobar si puede ayudar a otras familias en una situación familiar. La publicación superó las 1.430.000 visualizaciones en un solo día.
“No pierdas ni un minuto, no te quedes”
“Ayer perdió con mis hijos mayores, un momento que duró más”, destaca en el video Beli, quien comenta que “en nuestra familia tenemos un protocolo de perdida No solíamos ensayar hasta ahora. Ayer tuvo sus fallos pero funcionó”. Por todo ello, la familia que quiere compartir su ayuda con otras casas y porque es importante poder tener esta posibilidad con tus hijos de saber lo que están haciendo.
Beli y su familia estuvieron en un parque de atracciones y de vuelta, con los niños Cansados, en el paseo marítimo. El pequeño se cayó y se afeitó el tallo y el curaron, y además ella “tenía a los otros vigilados de reojo”, para arrepentirse de los dos mayores, “no debía pasar ni un minuto, no estaban”. “Yo de la vuelta y desaparecí por completo», dice con Angustia. “Estoy empeñada en entrar en taquicardia”, confía, quien añade que “una madre o un padre en este momento está pasando por todo lo que tiene en la cabeza. Lo único que puedes hacer es pasar por tu cabeza instantáneamente”, comenta.
“Mi cerebro y mi corazón se han ido… pero recibí una llamada telefónica de un número desconocido. Lo cojo, dime ‘oye, perdona que estoy con unos niños…’”, explica con un tono más aliviado. Mientras cogía la llamada, Beli vio a lo lejos a sus hijos junto a una pareja, a los que les agradecios su gesto. ella es sincera «la pobre madre del mundo», Durante la boda, el comentario “aunque te han dado tu número de teléfono”.
A partir de aquí la madre explica su protocolo: un día envía a sus hijos y les dicen que en caso de pérdida ellos sigue “dos cosas sí o sí”. La primera, “y esto es lo que no he logrado”, le recuerda, es que si quieres estar callado, estás perdido. “No lo hemos escuchado porque pensamos que estábamos más cómodos cuando éramos más adelantes”, comenta. Recomendamos inculcar en la cabeza que no se mueve ante esta situación: “mamá y papá son los que buscan”.
El segundo consejo, «que el señor sea muy bueno, es buscar un cuerpo policial, que es lo más complicado, una familia con hijos o algún familiar que le pueda ayudar». Recuerdo que tu hijo principal tiene año nuevo y para ello te enseñará el número de teléfono de ella para ayudarle en caso de pérdida. “El mediano ahora lo está memorizando el pobre también…”, incide la madre, que acaba recordando que lo más importante es que sepan que tienen que busco familia con hijos o padres para que puedas estar con ellos, “hasta que lleguen mamá et papá, who van a estar peinando la ciudad hasta que los encuentren”.
Encontré tu video confiando en tu «recomendación y experiencia» ya que no lo es, «eso es horrible”, puede servir e incluir “estándares establecidos con vistas de qué hacer” puede ser útil. Cientos de usuarios comentaron que estaban viviendo situaciones similares y que eran fatales y que otras les habían dado consecuencias, como la de posar impulsos con el móvil pegado de los padres o escribirlos directamente en el brazo.