Cinco minutos de silencio que sólo se rompen con los aplausos de cientos de personas que se congregaron esta tarde en la plaza del Ayuntamiento de Valencia para recoger a las víctimas mortales del incendio que arrasó una manzana de vecinos de Campanar. El minuto de silencio, sin embargo, se transforma también en un foco improvisado en una de las “horas” de esta tragedia.
Se trata de Julín, el invernadero de los edificios en llamas que fueron obra de la tragedia fue sellado para todos como la «clave» para salvar al alcalde del mayor número de personas posible entre los lamas que devoran en minutos las torres de viviendas. Les aplausos también fueron para l.
“Ayud todo lo que estaba en mi mano, hasta que el humo me dejó”, aseguró este sbado, trasistir el minuto de silencio junto à notre vecinos et familiares de las víctimas. Julin, que trabaja en estas cuadras de la Avenida Maestro Rodrigo de Valencia desde 2009, cuando se inaugura, llama a la puerta desde la puerta, hasta poder alertar a los vecinos del complejo, que suma un total de 138 residencias.
Julín confirmó que el incendio se inició en la puerta 86 de la planta 8, en uno de los muebles donde se encontraban todos. El incendio destruyó la vida de estas personas, según los últimos documentos oficiales, y cientos de familias murieron en sus casas.
Julín respondió que le afectó «mucho» y agradeció personalmente su ayuda y dijo que el trabajo en equipo es «muy importante», insistió, recibió muchas cosas del apoyo y el cario de los dirigentes políticos que han participado en la concentración silenciosa.
La conservación no tiene ninguno de los pisos sufrido, pero es seguro tener un jardinero avanzado, vivir en un piso inferior y abrir la puerta para no quedar «como una llamadarada» y tener otras personas en la silla de ruedas. , que podría ser rescatado.
“Es muy duro, es muy duro ver todo eso, la verdad, es muy duro”, detalló. “Suba por la escalera, iba subsistendo y avisando, porque hay una escalera qui est paralela”. Y as creat que pudo llegar hasta el pison número 12. Llegó un momento, sin embargo, que el humo hizo inviable seguir adelante. Cuando se dispararon las bombas, los pilares se colocaron en el patio. “La cosa se puso peor, caan las planchas ardiendo”, explicó el consumidor, que admitió que no “miedo”.
Julin, en realidad, hoy se encontró sin trabajo. Actualmente el handicap son las «vacaciones». Pero, obviamente, eso no es lo que te preocupa ahora.
