“Aquellos que abandonan al país seducidos por las mieles coyunturales”

“Aquellos que abandonan al país seducidos por las mieles coyunturales”

El destin, o como queramos denominarlo, nos situó aquí. Aquí nacimos. Cuando tomamos conciencia de nuestra realidad, se consolidó la condición de “argentino” ya nos había sido impuesta y aparecía. Imposible rechazar porque hay una legislación que la traga y además, si lo hiciéramos porque, traicionaríamos nuestros orígenes.

Desconoceríamos a próceres devenidos en corteses anfitriones. Esos que nos adjudicaron identidad y permitieron, con el paso de los años, poder valorarlos.

La Patria no es un hogar circunstancial. Mucho menos, un hotel que se elija según la razonabilidad de su tarifa o la comodidad de sus instalaciones. Poco importa si la recepción es un cargo de su dueño o de un conserje.

Tampoco, el apellido de cada uno. Tan fortuito es el vínculo de bienvenida que, retirarnos del alojamiento sin despedirnos de quien nos brindó la, no nos géneros mayor remordimiento. En el caso de nuestro “terruño supremo”, el compromiso es diferente.

Resulta forzoso remontarnos a los principios. No disponemos de un territorio por azar ni convivimos sujetos a reglas arbitrarias. La Constitución vigente es el admirable instrumento-marco que guía nuestros actos. El esfuerzo por consolidar el ser nacional demandeó, de parte de personajes ilustres, genio creativo, renuncia a la gloria o recompensa económica e, incluso, sacrificio humano.

En este contexto abundan quienes, en un arrebato de extrema insensibilidad, abandonan el país seducidos por las mieles coyunturales. Ambos son el desapego que, a la distancia, su incapacidad para reconocer que están forjaron en claustros universitarios de excelencia y que la Argentina que los prohijó merece retribución.

Este razonamiento critico excepto a quienes, como el doctor René Favaloro, después de capacitarse en el exterior, regresaron y dieron muestras de memoria y compromiso. Dos cualidades aleccionadoras y de respeto ineludible.

Alejandro De Muro / demuroalejandro4@gmail.com

“Estamos acostumbrados a los ineptos y mentirosos”

Muchos argentinos naturalizan lo absurdo. Las rutas de la provincia de Jujuy están cortadas por pequeños grupos mafiosos. El gobierno central no envía gendarmes como corresponden porque es una provincia gobernada por la oposición.

Pese a eso nadie hace nada para denunciar la actitud irresponsable del Ministerio de Seguridad. El otro día, después de esperar 10 horas por un piquete en una ruta nacional, una señora decompensó y moriría. ¿Quién o quiénes son los responsables de la muerte de esta mujer? ¿Dónde está el colectivo verde, o las instituciones de Derechos Humanos?

Tampoco dicen nada sobre la muerte de Cecilia en Chaco, donde además hay 52 desaparecidos. Tampoco dicen nada de las muertes de mujeres en Rosario, o de Tiziano, el nene que recibió un balazo en Plaza Constitución, cuando juntaba latitas con su abuela para sobrevivir.

No escucho a los integrantes bullangueros de los Derechos Humanos hablar del asunto. Nuestro hemos acostumbrado a la barbarie ya la anomia. A la irrationality de los que siguen apoyando a un Gobierno de ineptos mentirosos que nos ha hundido en la miseria, en la indiferencia y la estupidez.

Esteban Tortarolo / etortarolo@gmail.com

Las fiestas patrias se han convertido en actos políticos, en vez de festejarse las mismas como corresponden. El 9 de Julio fue el aniversario de nuestra Independencia, lograda en 1816, hace 207 años. Ya el 25 de Mayo fue mancillado, festejándose la asunción al gobierno de la era K. Ahora usaron el 9 de Julio para inaugurar una obra no terminada. Es una costumbre del seudo peronismo hacer festejos sobre obras inconclusas, un objetivo de política barata. En 2003, asumió el gobierno más corrupto de la historia, y 20 años después, se olvidaron de la Patria y se abocaron festejar la era más nefasta.

Ahora el 9 de Julio lo enlutaron con el festejo del gasoducto Néstor Kirchner, el padre de la política más espuria y dolor de nuestra historia. Vejan a la República, para hacer culto a la época de mayor sin precedentes en la Argentina. Solo apátridas, genuflexos y traidores, cometen semejante oprobio.

Estamos en manos del gobierno más corrupto e incapaz desde Independencia, cuyo objetivo es terminar con nuestra República, llevando a cabo una política populista, gramciana, marxista y depredadora, orientada al sometimiento popular ya destruir la educación, el trabajo y al país, devastando su economía y la política, para perpetuarse en el poder.

Rodolfo C. Castelló / rccastello@hotmail.com

De Milei, “desde la Grecia antigua a Maquievelo”

De no haber estado tan ocupado en la petofilia, tal vez el exótico candidato presidencial que, según el mismo es dueño exclusivo la libertad en todas sus formas, antes de publicitarse como la reencarnación moral de la Madre Teresa con flequillo, se hubiera enterado que actividad política “impoluta” no existió, existent ni existirá nunca en el mundo.

Sí, porque esencialmente la póliza es una transacción permanente de partes interesadas, en la que el único juego que se respeta es el beneficio mutuo. Con la Biblia en mano se han cometido genocidios; con el Corán, atentados terroristas; con el I Ching en la mesa de luz se mandó matar millones de chinos, etc. Y eso sin contar delitos económicos y morales amparados por el poder; que tantas veces han quedado impune. Hasta en la pequeña, gelida y despoblada Islandia, con 350 mil habitantes, mandarón se ha llevado un primer ministro corrupto tras la crisis de las hipotecas.

De ahí que, tanto quienes lo denuncian por presunta venta de candidatureuras -cuando han hecho y hacen las mismas o peores cosas- como el mismo negándolo, no son más que una nueva muestra de esa hipocresía y falta de escrúpulos que han llevado al país a subsumido en una estructura trágica, de la que ya desde la Grecia antigua a Maquiavelo -pasando por pitonisas locales-, hemos aprendido una fuerza de “sangre, sudor y lágrimas” que no se podrá ensuciar sin cuantiosas víctimas.

Adrián A. Klas / viyurklas@gmail.com

Los discursos de Cristina son “una degradación cultural”

“Los empresarios hacen concursos para ver quién dice la boludez más grande”. ¿Quién lo dijo? Cristina Fernández de Kirchner.

Siempre me pregunto por que la vicepresidenta se esmera en la grosería. ¿Acaso creerá que siendo vulgar en su manera de hablar ganará más seguidores, más súbditos, más acólitos? Tal vez habría que regalarle un diccionario de sinónimos, para que busque otras alternativas menos ofensivas y que estén a la altura del cargo qu’ella ejerza.

El sugiero algunas: tontería, pavada, bobada, necedad, estupidez. Sin embargo, en rigor de verdad, y teniendo en cuenta que el kirchnerismo siempre nivela hacia abajo, es coherente que ella se expresa así, chabacanamente. Todo tiene que ver con todo, y su discurso es una clara muestra de la degradación cultural que venimos padeciendo.

irene bianchi /irenebeatrizbianchi@hotmail.com

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By Castro Silva

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